FECUNDACIÓN, NACIMIENTO, FRUCTIFICACIÓN Y MADUREZ DEL ESTUDIO DE LA EMPATÍA EN LATINOAMERICA: LA RED DE EMPATÍA (RIE).

En el año 2009 un estudiante de odontología me pidió que fuera su tutor de tesis. Pregunté de que se trataba la tesis. Me relató que era de empatía del estudiante con el paciente. Le pedí que me diera unas dos semanas para tratar de entender de qué trataba este concepto. Indagué (leyendo mucha literatura) y pude percibir que estaba frente de un concepto complejo, interesante, profundamente humanista y que se oponía tenazmente al individualismo reinante y a los procesos de deshumanización en la atención del paciente. Acepté ser el tutor de su tesis y fue publicada en la revista indexada. Esta etapa, ¿podría ser llamada fecundación? Los resultados de la tesis generaron más preguntas que respuestas. Esas preguntas se relacionaban con la distribución de la empatía a través de los cursos y entre ambos sexos (declinación empática). Esas preguntas no podrían ser respondidas con estudios individuales y aislados, como se estaba realizando en Latinoamérica. Había que estudiar en forma mancomunada a este atributo. Nació entonces el primer proyecto de empatía (llamado posteriormente como Empatía 1.0). Este proyecto consistió en hacer un llamado a 24 Facultades de Odontología de Latinoamérica. Este llamado consistió en enviar un proyecto de investigación a estas 24 facultades, cuyos objetivos centrales eran medir los niveles de empatía, analizar la presencia de declinación y su distribución por sexos. De estas facultades, contestaron 18, lo cual fue considerado como un éxito incuestionable. Los resultados posteriores indicaron que existen, al menos, cinco formas diferentes de comportamiento empático entre los cursos; por tanto, la declinación empática en sí misma, puede constituirse como un caso particular. La distribución por sexo, arrojó tres resultados: mujeres y hombres no diferían entre sí, a veces las mujeres tuvieron mayores valores que los hombres y también lo contrario. Entonces, la empatía desarrollada no es una propiedad solo de las mujeres. Estas particularidades también se manifestaban en Europa y Asia, pero la diferencia es que los resultados en Latinoamérica fueron el producto de una iniciativa de estudio de la empatía que se caracterizó por ser de forma centralizada y con un mismo instrumento; por lo tanto, estos resultados no sólo eran más fiables, sino también reflejaban y constataban la existencia de variabilidad en la distribución de la empatía en un continente: nuestra América Latina. Creo que a esta etapa podría llamarse “nacimiento”. Como ocurre normalmente en la ciencia, el intento de responder a preguntas indefectiblemente tiene como resultado respuestas parciales de las preguntas que motivaron un estudio y el surgimiento de nuevas preguntas. ¿de qué otra manera pudiera ser? Había que responder ahora cuales son las causas que originan esa variabilidad. Si existen causas que modifican el comportamiento empático, como ocurre en Latinoamérica, tiene que suponerse entonces que la empatía es el producto de factores intrínsecos y extrínsecos que la modulan en dos niveles: persona y población. ¿Cuáles eran esos factores? Se inició un proyecto que fue llamado Empatía 2.0 consistente en analizar dos factores: Funcionamiento Familiar y Personalidad. Se publicaron algunos resultados, pero se frustró por razones de uso “indebido” del instrumento que mide la empatía. Después de una larga y fructífera reunión, se nos permitió el uso de este instrumento de forma masiva en América Latina (cumpliendo con los derechos de autor, por supuesto) y se inició un estudio (Empatía 3.0) que evalúa a ocho factores considerados hipotéticamente como moduladores de la empatía y, con este estudio, tratar de explicar (si se puede) el comportamiento empático de estudiantes de Ciencias de la Salud de diferentes especialidades. Podríamos llamar a esta etapa como de “Fructificación”. Algunos resultados parciales obtenidos hasta el momento nos muestran que cada factor en particular puede explicar o predecir a la empatía, pero lo realiza explicando una parte pequeña de la variación, con lo cual genera la idea de que en la arquitectura de la empatía pueden actuar varios factores donde cada uno de ellos explica una parte de la variación. Esto es un desafío de la naturaleza del ser humano al pensamiento y la acción investigativa de la empatía. Imaginar una intervención empática sin conocer como estos factores y quizás otros muchos más determinan la empatía es como golpear a un águila con un bastón y con los ojos vendados. Casi paralelo a todo este esfuerzo de cientos de docentes e investigadores de las diferentes facultades de 11 países de América Latina trabajando en conjunto con un solo propósito general, nace la Red de Empatía de Latino América (2023). Esta etapa puede considerarse como la etapa de “madurez”, pero solo de la madurez temprana en la investigación de la empatía en nuestro continente. Mucho camino debemos de recorrer con un esfuerzo estrictamente colectivo, donde el esfuerzo individual no podría alcanzar las metas potenciales que esta Red tiene en la colaboración y en el destino de esta investigación. Sin embargo, no considerar el esfuerzo de cada uno de los cientos de investigadores es como negar el papel y rol de un ladrillo en la construcción de una casa. La investigación en empatía en nuestro continente no tiene paralelos. No existe una Red como esta en otros continentes. No obstante, el mérito esencial de esta Red no consiste en su individualidad no repetida, sino en la forma y manera que asuma la conducción estratégica de la investigación de este atributo en nuestro continente. Es una tarea que, confiamos, será bien cumplida.